Simon Vielma

Piensa en esto. Supongamos que el proyecto de tus sueños, ese que has tenido en mente por un tiempo, requiere de un capital inicial de $50,000 y no lo tienes. ¿Qué probabilidad tienes de conseguir este capital en 3 meses?

Ahora cambiemos la pregunta un poco. Supongamos que necesitas conseguir en 3 meses $50,000 para salvarle la vida a uno de tus seres queridos  ¿Cuál es la probabilidad de que los consigas?

Cuando le hago esta pregunta a mis amistades, siempre le asignan una probabilidad mayor a su capacidad de conseguir el capital cuando se trata de una emergencia.

La cantidad es la misma ($50,000) y el plazo es el mismo (3 meses)  ¿A qué se debe entonces esta dicotomía? ¿Por qué asignamos probabilidades distintas al logro de 2 objetivos idénticos cuando se trata de una emergencia?

Hace varios años cuando vivía en Boston, la hermana de un buen amigo fue víctima de un secuestro en Venezuela. La familia de mi amigo no había podido comunicarse con él, así que me toco a mí, irle a dar la mala noticia. Los secuestradores pedían una suma de dinero exorbitante para liberarla, y querían que se consiguera todo el dinero en un plazo bien corto; una espantosa pesadilla para cualquier familia. Afortunadamente, los padres de mi amigo pudieron conseguir el dinero para pagar el rescate y ella fue liberada ilesa.  No me queda la menor duda de que conseguir todo ese dinero en tan corto plazo fue una tarea bien ardua para la familia de mi amigo. Ante una emergencia como esta, no existe objetivo que parezca imposible. No damos cabida a los errores. Nuestra resiliencia en pos de lograr esa meta es inquebrantable. Lógicamente, la vida de alguien a quien amamos esta en peligro y activamos cada una de nuestras células para luchar y dar el todo por el todo. No obstante, por alguna extraña razón, no estamos dispuestos a luchar tan vigorosamente o a actuar con la misma urgencia por alcanzar nuestros sueños. ¿Por qué?

Nicolai Krogh y Go Dream

Hace un tiempo asistí a una conferencia de la revista Red Herring en Los Angeles para hablar de mi empresa Bidwise, la cual había sido nominada al premio Top-100. Luego de terminar mi presentación, se me acercaron varias personas para intercambiar tarjetas de negocios y conversar. El último en acercarse fue un muchacho (en sus 28s diría yo) que me invitó a almorzar para proponerme una alianza de negocios. Después de hablar un rato sobre negocios digitales durante la comida, le pregunté a Nicolai cómo es que siendo tan joven tenía ya 4 hijos. Allí empieza a contarme su historia dejándome totalmente atónito e inspirado.

Nicolai es de Dinamarca. Era maestro, pero su verdadero sueño era poder algún día emprender un negocio tecnológico. Resignado y arraigado a la seguridad de su trabajo, Nicolai nunca hizo nada por trabajar en su proyecto. Un día, Nicolai sentía incomodidad en sus ojos y fue al médico. El médico le da la terrible noticia de que padece de una enfermedad llamada Retinitis Pigmentosa que lo dejará ciego y sordo en apróximadamente 10 años. Nicolai me contó que desde ese día, empezó su lucha contra el tiempo para lograr las cosas que quería lograr. Inmediatamente se casó y tuvo sus 4 hijos uno tras otro, ya que quería, en lo posible, ver a sus hijos crecer y tener memoria de sus voces. También decidió renunciar a su trabajo como maestro y empezar su empresa Go Dream (vaya nombre apropiado) Hoy en día GoDream se posiciona como una de las empresas de e-commerce más importantes de Dinamarca y de los países de Escandinavia, con más de 50 empleados y sobre los $100 millones de dólares en ventas. Todo esto Nicolai pudo lograrlo en 5 años. La mitad del tiempo que su médico le dio. Cuando lo conocí, ya Nicolai usaba un aparato en el oído para poder escuchar.

Esa noche tuve una epifanía y casi no pude dormir en el hotel conmocionado. Pensando en lo efímero de la vida. No es necesario un trágico diagnóstico para reconocer, que así como Nicolai, todos tenemos un tiempo limitado en nuestras vidas para lograr lo que queremos. Para quemar los barcos. Para amar y compartir con quienes queremos compartir. Solo teniendo esta irrebatible realidad presente podemos hacer de la lucha por nuestros sueños una emergencia.